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Descubriendo el Dolor Neuropático

El dolor, en su forma más fundamental, es una alarma de nuestro cuerpo, un aviso de que algo no va bien. Es un mecanismo de protección que nos advierte sobre posibles peligros o daños. Pero, ¿Qué sucede cuando esa alarma se descompone?

El dolor neuropático es el resultado de un sistema de alerta en desorden. Se origina cuando las vías que normalmente transmiten el dolor son lesionadas o dañadas, lo que provoca que el mensaje de alerta se convierta en ruido constante, incluso crónico. En lugar de protegernos, se convierte en un intruso en nuestro cuerpo, perturbando nuestra calidad de vida.

El dolor neuropático es aquel que se produce porque se han lesionado las vías que transmiten el dolor de manera normal o como lo conocemos, es decir, el dolor que sentimos comúnmente se produce como un mensaje de alerta, peligro o aviso de que algo no se encuentra bien en nuestro cuerpo. Sin embargo, al estar lesionada la vía del dolor, este mensaje de alerta no funciona para avisarnos que algo está mal, sino que es permanente, incluso volviéndose crónico, perdiendo así su capacidad protectora y de alerta. El sistema somatosensorial es aquel que nos permite percibir, sentir el exterior (presión en la piel, vibraciones, temperatura, objetos romos o puntiagudos, etc.) en el dolor neuropático, este sistema somatosensorial ha dejado de funcionar de manera adecuada, por lo que percibimos estas sensaciones de manera distinta y el sistema nervioso interpreta estímulos sensoriales como algo desagradable, molesto, doloroso.

La lesión de las vías del dolor y la enfermedad del sistema somatosensorial se puede producir a nivel de cerebro y medula espinal (Sistema Nervioso Central o SNC por sus siglas) o a nivel periférico (SNP). Por ejemplo: el dolor neuropático periférico como el que se tiene en un herpes zoster o en la neuropatía diabética y el dolor neuropático central en pacientes que tuvieron lesión en médula espinal o en pacientes con accidente vascular cerebral (infarto cerebral).

A nivel mundial se sabe que entre el 6 al 8 % de la población padece dolor neuropático. Este tipo de dolor disminuye la calidad de vida, el sueño y afecta el estado de ánimo (depresión y ansiedad). Por lo que no es una patología que solo causa dolor, sino que es mucho más compleja y afecta otras áreas de la integridad del paciente.

El paciente en consulta describe el dolor como: episodios de dolor espontáneo, sensibilidad al frío o al calor, dolor quemante, urente, descarga eléctrica, hormigueo, punzadas, entumecimiento o adormecimiento, pesadez en la zona o incluso falta de sensibilidad en la zona afectada, en ocasiones también como hipersensibilidad, es decir al mínimo roce o contacto se siente sumamente intenso que en condiciones normales este no implicaría sentirlo como dolor. Todos estos son datos positivos dentro del diagnóstico de sospecha, pero también existen datos negativos, es decir, en la exploración nos damos cuenta que el paciente no percibe el dolor, la temperatura, el tacto, las vibraciones; es más, al estimularlo no percibe lo puntiforme, esto se traduce a que el nervio está lesionado, algunos receptores para estas sensaciones han sido destruidos, etc.

Para poderlo diagnosticar, se necesita realizar la historia clínica del paciente, que su dolor y síntomas estén relacionados con la distribución neuroanatómica del cuerpo, en que parte del cuerpo siente el dolor y como describe las sensaciones y/o dolor, si estos cambian con el tiempo o se intensifican por la noche o durante la mañana, preguntar qué cosas alivian el dolor y que cosas agravan el dolor, realizar exploración física obteniendo datos positivos y datos negativos, aplicar escalas de valoración específicas para dolor neuropático como es la escala DN4, LANSS y otras.

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Obteniendo así la sospecha clínica del diagnóstico y para confirmar el diagnóstico se solicitarán estudios fisiológicos como: potenciales evocados, electromiografía, pruebas de imagen etc. Sin embargo, desde su sospecha se deberá iniciar tratamiento.

Aunque la medicina ha avanzado, en cuanto al tratamiento del dolor neuropático, aun no es suficiente ya que menos del 50% de los pacientes que lo sufren obtienen un tratamiento que alivia favorablemente el dolor.

La intervención más poderosa para los pacientes que padecen dolor neuropático es la educación, ya que estos pacientes están desesperados en busca de mitigar su dolor, por lo que empiezan a tomar decisiones de manera abrupta o desesperada. En el Centro de la Columna Vertebral comprendemos la complejidad del dolor neuropático. Nuestro enfoque es proporcionar diagnóstico y tratamientos personalizados para abordar esta condición y ayudarte a recuperar tu calidad de vida. Si experimentas síntomas de dolor neuropático, estamos aquí para ayudarte a encontrar respuestas y soluciones.



REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

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Neuropathic pain: redefinition and a grading system for clinical and research purposes.

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http://dx.doi.org/10.1212/01.wnl.0000282763.29778.59 | Medline

 

  1. Mick, R. Baron, N.B. Finnerup, et al.

What is localized neuropathic pain?. A first proposal to characterize and define a widely used term.

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